Características generales desabores, la dieta La dieta debe ser equilibrada y variada en platos, texturas y consistencia
e incluso colores, para acostumbrar al paladar y lograr un adecuado aporte nutritivo. El olor, el color, el sabor y la forma influyen en sus gustos personales. • Se debe procurar que el niño no adquiera conductas alimenticias caprichosas y monótonas con preferencia hacia unos alimentos, aversión a otros que pueden conducirle a llevar una alimentación deficitaria. • Los menús han de adaptarse a las características individuales, familiares y económicas en cada caso. • Al niño, sobre todo en la menor edad, hay que educarle para que mastique bien y, asimismo, a un adecuado manejo de los utensilios de mesa. • A la hora de introducir alimentos nuevos conviene hacerlo progresivamente y al principio de cada comida, cuando el niño tiene más apetito. • Si el niño se queda a comer en la guardería, es preciso conocer el menú de cada día con el fin de completar y equilibrar la dieta con las comidas de casa. • Limitar el consumo de alimentos superfluos “calorías vacías” (golosinas, chucherías, snacks, refrescos...), especialmente entre las principales comidas, para que coman lo que tienen que comer a sus horas. • Tener en cuenta que el desayuno es una de las comidas más importantes del día. • En el almuerzo o la merienda, se debe favorecer la ingesta de bocadillos preparados en casa, frutas y productos lácteos, sin abusar de los embutidos, patés y quesos grasos.
Necesidades de energía de los niños
Las necesidades energéticas de los niños de corta edad son alrededor de 100 kcal por kg de peso al día. Esto corresponde aproximadamente a 1,300 y 1,700 kcal al día, según la constitución del niño y el grado de actividad. El gasto energético de los niños y de los adultos en los países industrializados ha ido disminuyendo progresivamente a lo largo de las últimas décadas, por ello se está recomendando ingerir menos calorías al día, pero ha de cuidarse que los niños ingieran la energía adecuada para permitir un crecimiento y desarrollo óptimos.
Necesidades de proteína Es necesaria una ingesta de 1,5 y 1,8 g de proteína por kg de peso cada día; es decir, unos 16 g de proteínas al día con un máximo de 32 g al día. Así, las proteínas deben aportar el 15-20% de la energía diaria.
Necesidades de grasa Las necesidades mínimas de grasas en estas edades no están bien establecidas. Se aconseja una cantidad de 3-3,5 g/kg de peso/día. Así el 30-35% del aporte total de calorías debe venir de las grasas no saturadas (ácido linoleico, de ácido alfa-linolénico, ácido araquidónico, ácido docosahexaenoico) y de lípidos estructurales, necesarios para el desarrollo del sistema nervioso central y de la retina
Necesidades de vitaminas Las ingestas diarias de vitaminas recomendadas para los niños de corta edad son ligeramente superiores a las de los lactantes.
vitaminas:
Las siguientes ingestas diarias para los niños de 1-3 años son: - Vitamina A, 400 µg; - Vitamina D, 10 µg; - Vitamina E, 6 mg; - Vitamina K, 15 µg; - Vitamina C, 40 mg; - Vitamina, 0.7 mg; - Riboflavina, 0.8 mg; - Niacina, 9 mg; - Piridoxina, 1 mg; - Folato, 50 µg; - Vitamina B12, 0.7 µg. Por otra parte, una fórmula láctea suplementada con vitamina C puede ayudar a mejorar la absorción de hierro.
Necesidades minerales Los elementos minerales deben estar presentes en la dieta en determinadas concentraciones para asegurar el crecimiento y el desarrollo. - Calcio y hierro. Para los niños de corta edad las necesidades de calcio y de hierro aún son muy elevadas (800 y 10 mg/día, respectivamente). El calcio podemos encontrarlo en la leche y sus derivados y el hierro en las carnes. - Zinc. Las ingestas recomendadas de zinc para los niños de 1-3 años son 10 mg/día. Es absorbido muy poco de algunos alimentos, especialmente los que contienen cantidades elevadas de fibra. La leche y sus derivados contienen poco zinc, sin embargo las fórmulas lácteas enriquecidas son una buena fuente de este mineral esencial para el crecimiento tisular. - Yodo. La ingesta recomendada para el yodo es de 70 µg/día. El pescado es una buena fuente de yodo.
Dieta para lactantes Durante la etapa lactante del bebé, que puede abarcar casi todo el primer año de vida no más, la leche materna o artificial es la principal protagonista. A partir de los 4 o 6 meses, recién el bebé puede empezar a recibir alimentos semisólidos, lo que junto con la aparición gradual de los primeros dientes le permitirá recibir alimentos cada vez más sólidos. Según la Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la Alimentación (FAO), la nutrición de los bebés debe adaptarse a tres